Texto
y fotos por Ned y Anna DeLoach
Opuesta, desde arriba: El aún no descrito oficialmente pulpo peludo, Octopus sp. |
Aún después de estar buceando por 45 años siento que cada
vez que me sumerjo estoy a punto de hacer un gran descubrimiento. Algunos
dirían que mi optimismo es exagerado, a esos dudosos dedico la historia de una
reciente inmersión el Estrecho de Lembeh en Indonesia.
La historia comienza con mi guía, Johan Lumonang, y yo bajando la ladera coralina de Tanjung Kubor, un sitio de buceo ignorado por mucho tiempo en la costa occidental de la Isla de Lembeh.
A los 21 mts. la ladera se nivela en un arenal cubierto con rocas incrustadas y pedacitos de basura. El paisaje marino baldío no me preocupa, no estamos aquí por su belleza, estamos en búsqueda de criaturas que se han adaptado a un mundo con pocos escondites mediante el arte del camuflaje. Algunas especies han llevado sus disfraces a los extremos, estos son los animales que estamos buscando, el truco es encontrarlos.
No hay nada sofisticado en la búsqueda de criaturas camufladas, nos inclinamos hacia delante desde las puntas de las aletas hasta que nuestras máscaras floten justo encima de la arena y nos desplazamos inspeccionando todo lo que vemos. Los ojos tienen una manera de jugar con la mente cuando estamos buscando criaturas diseñadas por la naturaleza para pasar desapercibidas. Las ramitas se convierten en camarones y las algas en pulpos. De hecho, existe un pulpo del tamaño de una nuez de Castilla que tiene una melena de león de filamentos dérmicos tan finos que parece un mechón de alga. La criatura, el legendario pulpo peludo, es una especie que no ha sido formalmente descrita o nombrada, y que ha encabezado mi lista de animales por ver desde que oí hablar de él por primera vez hace 10 años. Tanjun Kubor es un lugar perfecto para encontrar ese tipo de criatura, pero he estado rastreando en terrenos similares por años sin haber avistado a uno de estos astutos ilusionistas.
La historia comienza con mi guía, Johan Lumonang, y yo bajando la ladera coralina de Tanjung Kubor, un sitio de buceo ignorado por mucho tiempo en la costa occidental de la Isla de Lembeh.
A los 21 mts. la ladera se nivela en un arenal cubierto con rocas incrustadas y pedacitos de basura. El paisaje marino baldío no me preocupa, no estamos aquí por su belleza, estamos en búsqueda de criaturas que se han adaptado a un mundo con pocos escondites mediante el arte del camuflaje. Algunas especies han llevado sus disfraces a los extremos, estos son los animales que estamos buscando, el truco es encontrarlos.
No hay nada sofisticado en la búsqueda de criaturas camufladas, nos inclinamos hacia delante desde las puntas de las aletas hasta que nuestras máscaras floten justo encima de la arena y nos desplazamos inspeccionando todo lo que vemos. Los ojos tienen una manera de jugar con la mente cuando estamos buscando criaturas diseñadas por la naturaleza para pasar desapercibidas. Las ramitas se convierten en camarones y las algas en pulpos. De hecho, existe un pulpo del tamaño de una nuez de Castilla que tiene una melena de león de filamentos dérmicos tan finos que parece un mechón de alga. La criatura, el legendario pulpo peludo, es una especie que no ha sido formalmente descrita o nombrada, y que ha encabezado mi lista de animales por ver desde que oí hablar de él por primera vez hace 10 años. Tanjun Kubor es un lugar perfecto para encontrar ese tipo de criatura, pero he estado rastreando en terrenos similares por años sin haber avistado a uno de estos astutos ilusionistas.
Nuevo pulpo de anillos azules, Hapalochlaena sp.
Para encontrar las criaturas más sigilosas es indispensable
un buen guía, y Johan es uno de los mejores, combinando la pericia con la
experiencia y un poquito de magia. 20 minutos dentro de la inmersión golpetea
su tanque con un ritmo inusualmente rápido, y nado a su lado en un instante. En
la punta de su apuntador hay un pulpo extraño con un manto alargado que se
eleva bastante desde una plataforma de patas enrolladas. Una mirada de cerca
revela unos delicados anillos azules a lo largo de sus patas y manto. Sin
llegar a creer del todo a mis ojos parpadeo y miro más de cerca, aunque las
pequeñitas marcas biológicas del pulpo de anillos azules (género Hapalochlaena)
definitivamente están allí, no se parece a ninguna especie que haya visto antes
— dentro del agua o en las guías de peces. Hasta la fecha sólo se han descrito
científicamente tres especies de pulpos de anillos azules, pero existen por lo
menos seis candidatos para el estatus de género que han sido documentados
fotográficamente. Este pequeño individuo debe aumentar la cuenta a siete.
Todavía estoy estudiando al pulpo cuando Johan regresa gesticulando
emocionadamente, dándose cuenta que no tengo mucho interés por irme apunta a su
pelo y estamos otra vez en camino.
Diez metros más allá se detiene donde dejó enterrado su apuntador de metal como poste indicador en la arena al lado de una rocas sueltas. Inclinándose hacia delante con sus brazos estirados como un umpire señalizando que el corredor está "safe" barre sus ojos por el fondo. Al no ver nada, alcanza las rocas y una por una les da la vuelta, pero sin suerte. Pronto está avanzando centímetro a centímetro como un gato cazando una lagartija. A medida que pasa el tiempo me quedo mirándolo embelesado desde una distancia discreta casi sin atreverme a respirar. Después de un minuto, que se siente como una hora, el objetivo de la búsqueda de una década parece concluir en la punta del dedo de Johan. Es un bultito peludo que pretende ser un montón de algas escondido a un lado de la roca. Con razón ha tardado tanto tiempo encontrarlo. Agito un puño a Johan y regreso la vista a su segundo gran descubrimiento de la inmersión.
Este no es un pulpo común, desde su manto hasta sus patas está cubierto de filamentos. Nos quedamos viendo como el pulpo despega y con patas recogidas nada a una roca vecina, miro a mi computador de buceo – la noticia no es buena. Llamo a Johan y nos regresamos a la ladera, pero la suerte continua.
Diez metros más allá se detiene donde dejó enterrado su apuntador de metal como poste indicador en la arena al lado de una rocas sueltas. Inclinándose hacia delante con sus brazos estirados como un umpire señalizando que el corredor está "safe" barre sus ojos por el fondo. Al no ver nada, alcanza las rocas y una por una les da la vuelta, pero sin suerte. Pronto está avanzando centímetro a centímetro como un gato cazando una lagartija. A medida que pasa el tiempo me quedo mirándolo embelesado desde una distancia discreta casi sin atreverme a respirar. Después de un minuto, que se siente como una hora, el objetivo de la búsqueda de una década parece concluir en la punta del dedo de Johan. Es un bultito peludo que pretende ser un montón de algas escondido a un lado de la roca. Con razón ha tardado tanto tiempo encontrarlo. Agito un puño a Johan y regreso la vista a su segundo gran descubrimiento de la inmersión.
Este no es un pulpo común, desde su manto hasta sus patas está cubierto de filamentos. Nos quedamos viendo como el pulpo despega y con patas recogidas nada a una roca vecina, miro a mi computador de buceo – la noticia no es buena. Llamo a Johan y nos regresamos a la ladera, pero la suerte continua.
Pulpo de anillos azules no descrito, Hapalochlaena sp. |
Johan para en seco justo delante tiene otro pulpo de anillos
azules, éste es un miembro de una especie que frecuenta el estrecho, pero por
lo que tengo entendido es el primero que ha sido avistado esta temporada. A
diferencia del pulpo de anillos azules recatado que encontramos antes, esté es
muy orgulloso de su veneno y destella sus anillos azules rápidamente. Sin
preocuparse en lo más mínimo por nosotros, el pulpo nos pasa entre nadando
deslizándose a lo largo del fondo, su mente está ocupada con una cena de
cangrejo. Desafortunadamente no nos alcanza el tiempo a esta profundidad para
ver la caza.
Bañados en la gloria de nuestra excursión de tres pulpos, durante una parada de descompresión prolongada empiezo a pensar en la próxima inmersión, la tercera del día. Uno nunca sabe, puede que sea hasta mejor.
Bañados en la gloria de nuestra excursión de tres pulpos, durante una parada de descompresión prolongada empiezo a pensar en la próxima inmersión, la tercera del día. Uno nunca sabe, puede que sea hasta mejor.
Vea
el video: Pulpo del verano
© Alert Diver — 4to Trimestre 2012
-
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